Nueva brigada canina del SAG en La Araucanía inicia funciones

Lara y Blass son los labradores que dirigidos por sus inspectores guías conformarán el primer equipo detector del Servicio Agrícola y Ganadero en La Araucanía. Tendrán como primera labor la inspección de los medios de transporte que ingresan por el Complejo Fronterizo Pino Hachado emplazado en la cordillerana comuna de Lonquimay.

El Director Nacional del SAG, Horacio Bórquez, expresó su alegría como la entrada en operaciones de la primera Brigada Canina en La Araucanía y que esperan en el corto timepo incorporar nuevos ejemplares.

“Esperamos que a fin de año se integren dos canes más, ocupando las nuevas instalaciones que tuvieron una inversión de más de 100 millones de pesos, para cumplir con todas las exigencias necesarias para albergar a estos importantes equipos de trabajo”, indicó la autoridad.

En tanto, María Teresa Fernández, Directora del SAG Araucanía, destacó la labor que cumplirá la Brigada Canina  en la región.

“Nuestra labor en fronteras es evitar a través de la inspección el ingreso de productos de origen silvoagropecuario que pudiesen ser portadores de plagas o enfermedades ausentes en nuestro país y en ese sentido, la labor de los canes detectores es un aporte y un refuerzo significativo ya que a través de su entrenamiento pueden detectar productos de riesgo para el patrimonio fitosanitario del país”, sostuvo la autoridad.

Fernández señaló además que aunque las fronteras se encuentren cerradas por la emergencia por COVID, en La Araucanía el CF Pino Hachado está habilitado para el ingreso del transporte de carga, por lo tanto, la llegada de estos canes detectores será muy relevante para las funciones de inspección del Servicio.

 

Entrenamiento

El Encargado Nacional de la Brigada Canina de la División del Control de Fronteras del SAG, Pablo Kurrer, explicó que los canes, son dos labradores Lara y Blass de 1 y 3 de edad respectivamente y que han sido entrenados en el Servicio para detectar el olor de productos regulados de origen animal o vegetal e incluso el olor asociado a animales que puedan estar siendo ingresados al país de manera clandestina.

Con respecto a los métodos de entrenamiento, Kurrer sostuvo que éste se realiza en base al juego.  “Mediante el apport (una tela de toalla impregnada con el olor de interés) se juega con el perro en distintos escenarios, en los cuales se va aumentando la dificultad de ocultamiento, desafiando al can a buscarlo mediante su olfato”, detalló el profesional.

En promedio, los equipos de trabajo tienen un abanico de olores de más de 20 diferentes productos, entre los que se encuentran las manzanas, cítricos (limones, naranjas), mango, chirimoyas, carnes, fiambrería, quesos y miel. “En este caso Blass, que tiene 2 años de servicio, reconoce 24 olores y Lara, con un año en el SAG, ya es capaz de detectar 12 olores”. Los canes durante su constante adiestramiento pueden llegar a detectar más de 70 olores, destacó el Encargado Nacional.

Tanto la instrucción de los guías y el adiestramiento de los canes se desarrolla en la Academia BriCan que implementó el 2013 el Servicio Agrícola y Ganadero con el fin de trabajar en base a los requerimientos y técnica de fiscalización en personas, medios de transporte y equipajes del Servicio.

 

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