Ministro de Agricultura destaca mejoramiento genético del Cerezo para acceder a nuevos mercados

Chile está en el cuarto lugar a nivel mundial en superficie plantada de cerezos, con una estimación de 40 mil hectáreas que representan más del 90 % de las exportaciones del hemisferio sur. En ese contexto, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) y Biofrutales, a través del Programa de Mejoramiento Genético del Cerezo, apoyado por Corfo, están desarrollando nuevas selecciones que permitirán ampliar el período de maduración de la fruta, incorporar nuevas zonas productoras y desarrollar el negocio de la mejora de genética vegetal en Chile.

Con la presencia del ministro de Agricultura, Antonio Walker; el seremi de Economía, Félix Ortiz; el Seremi de Agricultura, Joaquín Arriagada; y los directores regionales de Corfo, Emiliano Orueta, y de INIA Rayentué, Sofía Felmer, además del gerente de Biofrutales, Rodrigo Cruzat, se realizó una visita a Rengo, Región de O’Higgins, para conocer el comportamiento de selecciones intermedias y avanzada de cerezos, de las que se obtendrán variedades nacionales de esta especie.

Durante la actividad, Walker resaltó que “después de 11 años de trabajo estamos viendo variedades chilenas. La mayor crítica que se le hace a la fruticultura chilena es que ha aportado poco como país en el ámbito de las variedades. Éstas son variedades cuyos cruzamientos se han hecho en Chile, la investigación se ha hecho en Chile bajo las condiciones climatológicas de nuestro país y esto va a ser un tremendo aporte para la industria frutícola nacional. Acá hay una tremenda alianza público-privada y cuando nos unimos con Corfo, con el Ministerio de Agricultura, con el sector privado se logran los resultados que aquí estamos viendo”, explicó la autoridad.

Mejoramiento Genético

El Programa de Mejoramiento Genético en Cerezos de INIA y Biofrutales (PMG Cerezos) se inició el 2010 con el apoyo de Corfo. La iniciativa busca desarrollar líneas genéticas que cumplan con los estándares de calidad que requiere el mercado y aumentar la vida de post cosecha de la fruta para que llegue en buena condición a los países de destino, y que además estén adaptadas a condiciones de baja oferta de frío invernal, lo que no sólo permitirá ampliar el cultivo y por tanto la época de cosecha de esta especie, sino también enfrentar las consecuencias que el cambio climático pueda tener en las zonas de producción de Chile.

Sofía Felmer, directora de INIA Rayentué, explicó que “un programa de mejoramiento genético demora entre 20 y 25 años en generar una variedad y estamos en dos tercios de lograr la primera a nivel nacional. Con esto tendremos mucho trabajo adelantado para seguir generando nuevas variedades que cumplan los estándares requeridos por los mercados. Para eso debemos tener el apoyo tanto de los asociados como de los Ministerio de Agricultura y de Economía”,

El Programa cuenta con cuatro sitios de evaluación en dos zonas agroclimáticas: Ovalle y La Serena, en la Región de Coquimbo; Rengo, en O’Higgins, y Buin, en la Región Metropolitana. En total hay más de 47.000 segregantes en las diferentes zonas, ya se cuenta con 21 selecciones intermedias y se está dando inicio a evaluaciones semi-comerciales en predios de productores.

Existe una selección avanzada que han llamado Selección 21 y que corresponde a una variedad tipo Rainer, bicolor, con firmeza y buena vida de postcosecha. Estas características han despertado gran interés, pues podría convertirse en una variedad para el mercado chino.

Avances

Emiliano Orueta, director regional de Corfo, dijo que “siempre estamos impulsando la industria en Chile y no es menor que en la industria frutícola también esté dentro de un programa de consorcio de frutales, donde el INIA y Biofrutales Chile están desarrollando esta nueva variedad de cerezos, junto con otros trabajos en arándanos, en nectarines y también variedades que ya tenemos en uva. Estamos buscando oportunidades a nivel mundial y llegar con variedades nuestras que cumplan las expectativas del mercado es clave”, sostuvo Orueta.

El gerente del Consorcio Biofrutales, Rodrigo Cruzat, afirmó que “la industria frutícola en general y la cereza en particular, con el nivel de desarrollo que tiene, no es posible que estén esperando que una genética o una tecnología desarrollada en otro país se nos adapte. Debemos hacernos cargo de nuestros desafíos y, dentro de eso, de la genética”, indicó el ejecutivo.

Finalmente, Walker señaló que “esta va a ser una tremenda contribución al desarrollo del mundo rural y por eso felicitamos a todos los que han trabajado en esta alianza público privada para, por fin, tener variedades chilenas de cerezas”, cerró el Secretario de Estado.

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