Las marejadas son olas más grandes de lo normal, generadas por el viento. Y en los recientes días, varias regiones, entre ellas Biobío y Ñuble, han sido testigos de la fuerza del mar. De acuerdo al Dr. Rafael Aránguiz, especialista en comportamiento de tsunamis en zonas costeras, las estructuras chilenas destacan por la resistencia ante estos fenómenos de la naturaleza, pero el riesgo de inundación es un factor a considerar.
“La mayor parte del tiempo tenemos olas que se generan por viento relativamente bajo, con el anticiclón del Pacífico, y cuando aparecen estos sistemas frontales con viento fuerte que pueden alcanzar hasta los 100 km por hora, se generan olas muy grandes. De hecho, durante la última semana se registró frente a la Región del Biobío olas máximas de hasta 8 metros y que también tienen periodos más largos, y eso hace que inunden mucho más, a diferencia de otras olas que tienen periodos más cortos”, detalló.
Sin embargo, pese a la fuerza del mar, las estructuras logran resistir y dar seguridad a los habitantes.
“Los muros que, por ejemplo, están en Dichato o en Lenga, son muros que se han diseñado adecuadamente para resistir el oleaje y –especialmente en este caso- el oleaje en tormenta. Entonces, seguro no van a sufrir mayores consecuencias, porque están diseñados para ello. Pero, la infraestructura que se va instalando cerca de la costa, sin mayores protecciones, que puede ser más precaria, o incluso debido a la erosión que va sufriendo las dunas, que son las protecciones naturales, son las infraestructuras que se pueden ver más afectadas”, aclaró.
De acuerdo al investigador, “cuando ocurren tormentas como las que hemos viento recientemente, con vientos que vienen desde el noroeste, tenemos oleajes y viento local, lo que da alturas grandes, pero en periodos cortos. Y eso hace que no inunden tanto. Pero lo que ocurrió hace unos días, en la Región del Ñuble, en Cobquecura y Coelemu, es diferente porque fueron tormentas que se generaron un poco más lejos, más al suroeste, que tuvo alturas grandes y además periodos grandes. Eso hizo que inundara mucho más en esa zona del Ñuble, que en otros eventos no se inunda”, cerró el especialista.